domingo, 30 de septiembre de 2012


PUEBLOS INDIGENAS EN JUJUY

 

En la provincia de Jujuy, existen siete pueblos indígenas: Kollas, Quechuas, Atacamas, Omaguacas, Guaranies,Tilianes y Ocloyas. Los que tienen mayor población son los Kollas, Omaguacas y Guaraníes


Todos estos pueblos están organizados en doscientas dieciocho (218) comunidades con personería jurídica y otras cien (100) aproximadamente en trámite.


Como se desprende del gráfico, los kollas son la comunidad con mayor número de habitantes en la provincia de Jujuy, por lo cual merece un análisis más exhaustivo.

 Análisis de caso: Pueblo  Kolla

 Los kollas o coyas son un pueblo indígena del Norte Chico de Chile, de Bolivia y del Noroeste argentino.

Si bien el origen de los collas es desconocido, se tienen noticias de su existencia al menos desde fines del siglo XII, en el ocaso del Imperio Tiahuanaco, en torno al lago Titicaca, en Bolivia. En el siglo XV el territorio ocupado por los collas habría sido invadido por el Imperio inca, lo cual habría generado una revuelta que habría finalizado con la incorporación de los collas como soldados en la expansión al sur, y a su vez como trabajadores en los nuevos territorios conquistados, particularmente al actual noroeste argentino. En la actualidad, los collas se reconocen como descendientes directos de esa migración forzosa.[]

En general, los collas provienen de varios grupos étnicos originarios. A la población de origen omaguaca, "calchaqui" y atacameña, los incas les sumaron grupos de mitimaes principalmente chichas que dieron comienzo al mestizaje que continuó con las encomiendas y traslados poblacionales que efectuaron los españoles.

A fines del siglo XIX, en tiempos de la Guerra del Pacífico, se produce una migración de kollas desde el noroeste argentino (Tinogasta y Fiambalá), hacia el territorio de algunos valles cordilleranos chilenos de la Provincia de Atacama, la cual viene a sumarse a la existente desde tiempos precolombinos.

Idioma y cultura Kolla

  Los Kollas en Argentina y Chile actualmente utilizan en general, como primera lengua al castellano, siendo menor el número de los hablantes quechua o aimara. Muchos han emigrado al Gran Buenos Aires, así como a muchas otras ciudades.

A pesar de la aculturación sufrida debido a la acción colonizadora, aún practican algunos de sus rituales y mantienen otras formas culturales como la minka, antigua forma de cooperación; el serviñakuy o prueba de pareja y rituales vinculados al culto de la tierra: la Pachamama, señalada o marca de animales, apachetas o descanso de viajeros, entierro y desentierro de pujllay o kacharpaya (carnaval), chálla y chállar (beber) y corpachada (dar de comer a la tierra); Tinkunakuy, topamientos o encuentros de compadrados, musiqueros, parcialidades o comunidades.[]

El vestido masculino era una especie de túnica corta, hasta las rodillas, y sin mangas, llamada ucu; tenía unas franjas que la decoraban en el pecho y en la cintura. Como prenda íntima, llevaban una especie de taparrabos.

Las mujeres usaban una vestimenta que envolvía su cuerpo desde las axilas hasta el tobillo, con una tela rectangular que sujetaban encima de los hombros y la que se ceñían a la cintura mediante una faja adornada, llamada chumbi. De calzado usaban las ojotas.

Sus instrumentos musicales tradicionales como quena, anata, siku, charango, erke y erkencho, y sus ritmos típicos han ingresado a formar parte de la música folklórica de Argentina, como por ejemplo: el Carnavalito.

Visitar las siguientes páginas de youtube para obtener más información sobre los pueblos kollas:

Capitulo 1: http://www.youtube.com/watch?v=3Uv8A0ouTWY&feature=relmfu


Capitulo 3: http://www.youtube.com/watch?v=uxj20hxVXAo&feature=fvwrel

 
La situación de la mujer Kolla
 

 Para esta comunidad, el rol principal de la mujer es la de hacer de mamá y papá cuando el marido sale a trabajar, generalmente los hombres trabajan como peones golondrinas, por lo que se quedan solas con el ganado y la siembra. También tienen la idea de la dualidad: hombre-mujer, mujer-hombre, en forma horizontal, ya que las mujeres no son más ni menos que los hombres.
Muchas veces desconocen el idioma español, lo que limita a muchas indígenas la posibilidad de tener oportunidades de empleo, en tanto que su condición de mujeres, restringida culturalmente y su baja escolaridad, establece límites estrechos a las actividades que pueden desempeñar.
La mayoría de mujeres kollas que habla su idioma materno, que es analfabeta, y/o que usa su traje indígena y tiene costumbres diferentes, está sujeta a discriminación en el ámbito laboral y le son vedadas las oportunidades de trabajo.
La mujer kolla “como indígena, campesina y pobre”, enfrenta serios obstáculos para ingresar al mercado de trabajo y debe emplearse en nichos de la economía informal infravalorados económica y socialmente. Asimismo, en las grandes ciudades ocupan calles y banquetas, debido a que se dedican al ambulataje, producción artesanal y la mendicidad.
 
 
El racismo y sus formas de discriminación directa e indirecta, el monolingüismo, el bajo nivel de educación y las limitadas posibilidades de formación en aspectos importantes para acceder a trabajos mejor remunerados o a iniciativas productivas colectivas o individuales, son causas principales de explotación. Estas condiciones contribuyen a la sobre representación en la economía informal, y a las condiciones de trabajo precarias en la economía formal, con largas jornadas, duras e injustas condiciones de trabajo, ingresos bajos e inseguros, y ausencia de garantías como el seguro social, la jubilación, derecho a lactancia, protección del embarazo, protección a la adulta mayor, entre otros. Además de los salarios bajos, un porcentaje alto de ellas sufre maltrato y acoso sexual que no denuncian por miedo a represalias.
En una entrevista que hemos leído a un hombre kolla (Sr. Sampayo), contaba que la mujer kolla nota una gran discriminación a la hora de buscar empleo en las grandes ciudades ya que “no son rubias, y porque no tienen cuerpos de modelos”. También afirma que tienen que competir para obtener un puesto junto a otras mujeres cuyos rasgos físicos occidentales son aceptados; por lo tanto les resulta sumamente complicado y sienten que son discriminadas. El acto discriminatorio se ve claramente, cuando en lugar de tener en cuenta los elementos objetivos, como ser el desempeño o habilidad en las prestaciones de las tareas, se elige a una persona en lugar de otra respaldándose en aspectos como el sexo o también su origen.


Servicio de Comunicación del COAJ, 7 de marzo de 2011. El Consejo de Organizaciones Aborígenes de Jujuy (COAJ), con motivo de la conmemoración del Día de la Mujer, valoró el aporte de las mujeres indígenas en la construcción de una sociedad diversa, reivindicó los principios de complementariedad y reciprocidad de la cosmovisión andina y señaló los desafíos pendientes para mejorar la vida de las mujeres de los 7 pueblos indígenas que habitan el territorio provincial.

A través de su Coordinadora General, Natalia Sarapura, la entidad puso de relieve en primeros términos los avances registrados por las mujeres indígenas en Jujuy que presiden más de 50 comunidades. Este indicador representa “un avance respecto de la década anterior donde la presencia de mujeres en los niveles de conducción era escasa, a pesar de su participación en las asambleas” destacó Sarapura. “Las mujeres han crecido en su vocación de asumir responsabilidades, lo cual ratifica el compromiso de trabajo y transformación que las anima”. Este aumento de la participación de las mujeres en los procesos organizativos de las comunidades es particularmente revelador en Quebrada y Puna, ya que en las yungas y valles las mujeres del pueblo guaraní, históricamente han tenido un rol protagónico en sus comunidades” explicó Sarapura y destacó que las mujeres de esta etnia han tenido modelos de ciudadanía indígena relevantes como lo fue Gloria Pérez, una dirigente guaraní jujeña que lideró procesos de reivindicación. Pero además, agregó “en el mundo guaraní las mujeres han sido las que siempre se han ocupado de la comunidad”.

Pero además, observó Natalia Sarapura las mujeres indígenas han avanzado en el ejercicio de su derecho a la educación, lo cual puede observarse en su incorporación y la permanencia en la Tecnicatura de Desarrollo Indígena que desarrolla el COAJ y que les ha permitido a dirigentes indígenas acceder a un nuevo modelo educativo intercultural que valoriza el conocimiento propio y fortalece aprendizajes significativos para las comunidades y sus posibilidades de desarrollo.

“Las mujeres indígenas han demostrado su vocación de aprendizaje y sus potencialidades cuando tienen la oportunidad de acceder a una educación adecuada culturalmente” resaltó la titular del COAJ y señaló que existe una presencia mayoritaria de mujeres en esta experiencia educativa que se desarrolla con el apoyo de la cooperación alemana WFD.

Indicó Sarapura que la permanencia y continuidad en los estudios de las mujeres indígenas, es un dato para celebrar atendiendo que son ellas las que tienen mayores obstáculos en el acceso a la educación, por su condición de género que las pone en situación de cumplir con responsabilidades de crianza de los hijos, porque que soportan condiciones económicas más desfavorables, trabajos menos rentados y cuestiones culturales que amenazan su educación.

Otro dato destacado en el proceso de empoderamiento y avance de las mujeres indígenas, observó la dirigente, es “el avance de la agenda de mujeres en los espacios mixtos y el desarrollo de procesos organizativos propios de las mujeres “. En esta línea, destacó que en Jujuy hay “dos asociaciones de mujeres indígenas en la Quebrada y el Ramal, que van definiendo una agenda propia”.

“La mujer indígena está en un proceso de recuperación de su autoestima, de empoderamiento, involucrándose en procesos organizativos propios” y esto resaltó, tiene un trabajo en dos direcciones. “Por una parte la reflexión interna para la recuperación de valores que le ayudan a resignificar su rol cultural, social, productivo, a exigir el reconocimiento del valor de esos roles. Y además, las mujeres están iniciando un proceso de visibilización en lo externo, revelando la opresión a la que han sido sometidas las indígenas”.

En este contexto, la líder del COAJ reveló que en América Latina “las mujeres indígenas son las que sufren esterilización forzosa, son secuestradas para uso sexual o doméstico, no acceden a educación, son víctima de discriminación jurídica, todas estrategias para diezmar a la población indígena”: Pero además, aseguró, “la mujer que ha sido la transmisora por excelencia de la cultura, viene siendo víctima de un modelo de homogeneización cultural, de aculturación que es una forma contemporánea de atentar contra la sobrevivencia de las culturas indígenas.


LOS DESAFIOS


La Coordinadora del COAJ, al mencionar los desafíos pendientes, señaló que en Jujuy urge incorporar la interculturalidad como un modelo para gestionar las políticas públicas y la implementación de medidas de discriminación positiva en todas las áreas, salud, educación, derechos humanos, producción, etc.”.·A propósito expresó que “estamos expectantes de la implementación de la Educación Intercultural y Bilingüe”, una herramienta que ayudará a fortalecer a los pueblos indígenas, a dignificar el rol de las mujeres en las comunidades y restituirá el derecho de las indígenas de ser tratadas iguales en la diversidad”.

También, indicó, “en el campo de la salud es preciso desarrollar estrategias que eviten la vulneración y la exclusión de las mujeres y ayuden a que los servicios puedan garantizar la vida digna a las mujeres”.

Destacó la dirigente que el Comité de Naciones Unidas para la Eliminación de todas las formas de Discriminación (CER) se ha visibilizado la situación de las mujeres indígenas y ha llamado la atención a los gobiernos, incluido el argentino.
 

RECIPROCIDAD Y COMPLEMENTARIEDAD

 
Natalia Sarapura, puso de relieve que la cosmovisión indígena tiene como un principio la complementariedad y reciprocidad de hombres y mujeres entre si, con la naturaleza, los cuatro elementos y todos los seres vivos.

“La reciprocidad es lo que rige la relación hombre-mujer andinos y esto implica un reconocimiento del derecho a la igualdad, en el reconocimiento de la diversidad. La relación recíproca es de ayuda mutua, acompañamiento y colaboración recíproca” explicó.

Esta igualdad en la diferencia, que en el siglo XX estructuró el desarrollo de los derechos humanos, es un principio filosófico indígena ancestral. “Mujeres y hombres, tenemos derecho a igual trato, aunque todos los seres tenemos seamos distintos, por tener una relación distinta con la naturaleza” argumentó.

La desigualdad entre hombres y mujeres, interpretó Sarapura, es una herencia colonial. “Con los procesos de colonización y exterminio a los pueblos indígenas se alteró el principio de reciprocidad y complementariedad y se introdujo el machismo que alimentó la desigualdad”.

Por eso, uno de los desafíos en el plano cultural es “la recuperación de esos principios para la reconstitución del mundo indígena y para transferirlo a la sociedad, de manera que se enriquezca de una cosmovisión que busca una sociedad con mayor equidad”.

“Si hay pueblos indígenas en la actualidad tiene que ver con la fuerza y la sabiduría de nuestras abuelas y nuestras madres para poder transmitir los valores culturales; las mujeres fuimos la garantía de esa transmisión y por eso también las más impactadas por la colonia”, observó y finalmente saludó a las mujeres de todos los pueblos indígenas por su aporte invalorable a una sociedad diversa.

 

Fuente: http://www.infomujerindigena.com.ar/home/index.php/component/poll/1--la-informacion-de-este-sitio-es-

3 comentarios:

  1. excelente tu trabajo María Belén... Sandra Morales

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  2. Ahora que las actividades la suban al blog del Proyecto de Ciencias Sociales. Muchas Gracias

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  3. -Expresar su adhesión, mes de agosto, a la Conmemoración Memoria de las Víctimas
    Contaminadas con Plomo-Norte argentino

    Holocausto: recordar es dignidad humana. Abra Pampa-Jujuy- Pueblo contaminado, pueblo olvidado

    Este mes de agosto sea la Conmemoración Memoria de las Víctimas Contaminadas con Plomo, el mayor caso hasta ahora conocido de genocidio del norte argentino. No podemos olvidarlo, porque entonces estaremos abriendo la puerta de par en par a una nueva ola de la vileza, el odio, el racismo, la xenofobia y la maldad, que está ahí, agazapada, siempre dispuesta a amenazar a la dignidad humana.
    Por eso es muy importante que desde las instituciones públicas se hagan esfuerzos para mantener vivo el recuerdo y se eduque a las nuevas generaciones sobre las monstruosidades que genera la complacencia a la contaminación con plomo.


    Pachamama-La injusticia dondequiera es una amenaza a la justicia en todas partes.-

    El Estado Argentino marca el Genocidio más grande de América del Sur por su
    criminalidad mediante una planificación estratégica y táctica, racionalidad y distribución de roles a fin de explotar y saquear los recursos naturales en el Norte Argentino, alias “Siberia Argentina”, un producto bio-social. Mediante la contaminación atmosférica, contaminación del agua y contaminación del suelo. El daño que produce el plomo es mayor cuando su absorción es lenta, casi invisible, sin signos y síntomas evidentes en la primera etapa, pero con graves consecuencias posteriores. Al hombre lo han esclavizado al trabajo en las minas, a la mujer la han prostituido, afectan a la fertilidad, a los niños lo han idiotizado. Sus ganados camélidos son reducidos a tiros de bala o destrozados por perros adiestrados; así como el agua contaminada afecta a los cultivos. No tienen un hospital para tratar la contaminación con plomo, tampoco hospital de niños ni maternidad infantil. El analfabetismo sigue estando vinculado al hambre, la pobreza y la exclusión. No tienen educación infantil ni universidad nacional. Son analfabetos, que no tienen acceso a las fuentes del conocimiento y son incapaces de producir nuevos conocimientos; como resultado de un genocidio argentino que premeditadamente olvida los principios fundamentales de vida de la Constitución Nacional, y leyes: de educación, de protección integral de los derechos del niño, niña, adolescente y familia; y otras.

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